Festividad de San Alfonso – Mensaje del Superior Provincial

Festividad de San Alfonso – Mensaje del Superior Provincial

1 de agosto de 2015

Queridos hermanos,

En este día de fiesta de nuestro fundador, San Alfonso, me uno a todos vosotros deseándoos un día muy feliz.

Demos gracias a Dios unidos porque Él suscitó este carisma redentorista a través de Alfonso para bien y santidad de su Iglesia. Gracias a esa intuición y disposición de San Alfonso, nosotros, religiosos y laicos redentoristas, formamos juntos esta gran familia dedicada al anuncio de la abundante redención.

Su fiesta y su recuerdo nos deben animar a seguir a Jesucristo con nuestra propia identidad.

  1. Alfonso se sintió llamado desde los necesitados y desde las “urgencias pastorales” de la Iglesia. Allá donde la Iglesia no llegaba aún o lo hacía muy precariamente.
  2. Alfonso fue un “hombre para la misión”. Vivió volcado y entregado totalmente, con todos sus dones y su tiempo, al anuncio de la Buena Noticia de salvación.
  3. Alfonso escribió en su obra “El gran medio de la Oración”, los tres requisitos que él consideraba esenciales para rezar bien: humildad, confianza en Dios y perseverancia. Ojalá no falte ninguno de los tres en nuestra vida cristiana, en nuestro trato familiar con Dios.
  4. Alfonso inició una forma nueva de ser y crear comunidades creyentes, desde la acogida, la benignidad pastoral y el anuncio gozoso del Evangelio. Nuestras comunidades son continuadoras de esta impronta alfonsiana que hace bien a tantas personas en nuestra sociedad.
  5. El Papa San Juan Pablo II nos decía en el tercer centenario del nacimiento de San Alfonso: “Es necesario acentuar, con San Alfonso, la centralidad de Cristo como misericordia del Padre en toda pastoral. Los redentoristas no deben cansarse nunca de anunciar la redención abundante, es decir, el amor infinito con el que Dios se vuelve hacia nosotros”.
  6. Alfonso invocó a María (su dulcísima esperanza, su dulce amor…) como Madre de la Misericordia, que nos ayuda a mostrar el rostro siempre amable y siempre salvífico de Dios. Él conoció ya a María como Perpetuo Socorro, antes de descubrir esta advocación mariana que ahora celebramos en este año jubilar.

Recordemos, por último, que éste es también año jubilar de Santa Teresa de Ávila (tan querida y admirada por Alfonso). Teresa decía: “en tiempos recios, amigos fuertes de Dios”. Estimulados por la figura y las palabras de San Alfonso, busquemos esta renovación de nuestra vida de fe, de nuestra vida comunitaria y misión en este inicio de cuatrienio en nuestra Provincia.

Como también escribía la Santa, “juntos andemos Señor”. Laicos y redentoristas. Jóvenes y mayores. Andemos juntos, y juntos junto al Redentor que ilumina nuestros pasos y da sentido a nuestro camino. Mi oración y mi acción de gracias en este día por vosotros y por San Alfonso, fundador e iniciador de nuestro carisma misionero.

 Un abrazo en Cristo redentor,

 

José Luis Bartolomé Madrid, Superior Provincial