VIGÉSIMO TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Isaías 35, 4-7a. Decid a los inquietos: «Sed fuertes, no temáis. ¡He aquí vuestro Dios! Llega el desquite, la retribución de Dios. Viene en persona y os salvará». Entonces se…
Isaías 35, 4-7a. Decid a los inquietos: «Sed fuertes, no temáis. ¡He aquí vuestro Dios! Llega el desquite, la retribución de Dios. Viene en persona y os salvará». Entonces se…
Canto: En Ti, Señor. 1ª LECTURA: 1 Corintios 4, 6b-15 Hermanos: Aprended de Apolo y de mí a jugar limpio y no os engriáis el uno contra el otro. A…
Canto: Confío en Ti. 1ª LECTURA: 1 Corintios 4, 1-5 Hermanos: Que la gente solo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora,…
Canto: Bonum est confidere. 1ª LECTURA: 1 Corintios 3, 18-23 Hermanos: Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga necio…
Canto: Crea en mí, oh Dios. 1ª LECTURA: 1ª Corintios 3,1-9 Hermanos, no pude hablaros como espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Por eso, en vez…
Canto: Tu fidelidad. 1ª LECTURA: 1ª Corintios 2, 10b-16 Hermanos: El Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios. Pues, ¿quién conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu…
Los redentoristas anunciamos el Evangelio desde comunidades misioneras, dinámicas e insertas en su entorno que viven en diálogo con la sociedad de hoy.
Hay 17 comunidades misioneras en España.
El anuncio de la Buena noticia del Evangelio es tarea fundamental de los redentoristas que de palabra y obra llevan la abundante redención de Jesucristo a los hombres y mujeres de hoy.
El carisma redentorista supone un compromiso claro con los más desfavorecidos. El anuncio de salvación de Jesús toca toda la realidad humana, toda la persona, con sus pobrezas y posibilidades.
La misión de evangelizar hoy inicia pronto, desde las edades más tempranas. Allí se puede hacer la siembra de la buena semilla que da frutos de Vida y plenitud.
Acompañamos todas las etapas de la vida adulta y del compromiso cristiano de fe. Ofreciendo también el carisma misionero en la vida laical.
Desde San Alfonso, el anuncio de la salvación de Cristo en nuestra misión, implica también el estudio y la enseñanza de la teología moral. Nuestra fe debe ser profundizada, pensada y orada para ser anunciada.