13 octubre 2016

13 octubre 2016

CANTO: Dios de la vida.
 
1ª LECTURA: Efesios 1, 1-10
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, a los santos que están en Éfeso, a los fieles en Cristo Jesús:
Gracia y paz a vosotros de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos.
Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor.
Él nos ha destinado por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, a ser sus hijos, para alabanza de la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en el Amado.
En él, por su sangre, tenemos la redención, el perdón de los pecados, conforme a la riqueza de la gracia, que en su sabiduría y prudencia ha derrochado sobre nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad: el plan que había proyectado realizar por Cristo, en la plenitud de los tiempos: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
Palabra de Dios.
 
SALMO: Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4. 5-6
ANTÍFONA: El Señor da a conocer su salvación.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclamad al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad.
Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor.
ANTÍFONA: El Señor da a conocer su salvación.
 
EVANGELIO: San Lucas 11, 47-54
En aquel tiempo, dijo el Señor:
-« ¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, después que vuestros padres los mataron!
Así sois testigos de lo que hicieron vuestros padres, y lo aprobáis; porque ellos los mataron, y vosotros les edificáis sepulcros.
Por algo dijo la sabiduría de Dios: «Les enviaré profetas y apóstoles; a algunos los perseguirán y matarán»; y así, a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre de los profetas derramada desde la creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario.
Sí, os lo repito: se le pedirá cuenta a esta generación.
¡Ay de vosotros, maestros de la Ley, que os habéis quedado con la llave del saber; vosotros, que no habéis entrado y habéis cerrado el paso a los que intentaban entrar!»
Al salir de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, para cogerlo con sus propias palabras.
Palabra del Señor.
 
ORAR CON LOS SANTOS: 
Mi querido Jesús, para demostrarme tu inmenso amor has querido realizar tú mismo la obra de la Redención. ¿Tanto te importaba mi amor? ¿Por qué quisiste padecer tanto? ¿Qué más hubieras podido hacer? ¿Hubiera hecho un siervo, por el afecto a su amo, más que tú hiciste por mí, a pesar de mi ingratitud? (San Alfonso Mª de Ligorio)
 
SANTOS DEL DÍA:
Eduardo, rey; Fausto, Jenaro, Marcial, Florencio, Colmano, Adrián, Marcelo, mártires; Teófilo, Rómulo, Imperto, Bertoaldo, Antonio, Simberto, obispos; Celedonia, virgen; Gerardo, conde; Leobono, eremita; Carpo, confesor; Venancio, Gerbrando, abades; Daniel, Ángel, Donulo, Nicolás, Hugolino, Samuel y compañeros mártires de Ceuta; Lucas, Congan, monjes; Luvencio, presbítero.