26 Oct 27 octubre 2016
CANTO: Nada nos separará.
1ª LECTURA: Efesios 6, 10-20
Hermanos:
Buscad vuestra fuerza en el Señor y en su invencible poder. Poneos las armas de Dios, para poder aguantar las asechanzas del diablo, porque nuestra lucha no es contra hombres de carne y hueso, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas, contra los espíritus malignos del aire.
Por eso, tomad las armas de Dios para poder resistir en el día malo y manteneros firmes después de haber superado todas las pruebas. Estad firmes; ceñid la cintura con la verdad, y revestid la coraza de la justicia; calzad los pies con la prontitud para el evangelio de la paz. Embrazad el escudo de la fe, donde se apagarán las flechas incendiarias del maligno. Poneos el casco de la salvación y empuñad la espada del Espíritu que es la palabra de Dios.
Siempre en oración y súplica, orad en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con constancia, por todos los santos. Pedid también por mí, para que Dios abra mi boca y me conceda palabras que anuncien sin temor el misterio contenido en el Evangelio, del que soy embajador en cadenas, y tenga valor para hablar de él como debo.
Palabra de Dios.
SALMO: Sal 143, 1. 2. 9-10
ANTÍFONA: Bendito el Señor, mi Roca.
Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea.
Mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio,
que me somete los pueblos.
Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo, de la espada maligna.
ANTÍFONA: Bendito el Señor, mi Roca.
EVANGELIO: San Lucas 13, 31-35
En aquella ocasión, se acercaron unos fariseos a decirle: -«Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte.»
Él contestó:
-«Id a decirle a ese zorro: “Hoy y mañana seguiré curando y echando demonios; pasado mañana llego a mi término.”
Pero hoy y mañana y pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas -a los profetas y apedreas a los que se te envían!
¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la clueca reúne a sus pollitos bajo las alas! Pero no habéis querido. Vuestra casa se os quedará vacía.
Os digo que no me volveréis a ver hasta el día que exclaméis: “Bendito el que viene en nombre del Señor.” »
Palabra del Señor.
ORAR CON LOS SANTOS:
Sí, Señor, tú eres mi Salvación, ¿por qué voy a temer? Si en el pasado te ofendí, me arrepiento de todo corazón. Desde ahora sólo quiero servirte y amarte. Toda mi esperanza está en Ti, porque tú eres mi Redentor. Después de cuanto has hecho por mí, no me negarás la gracia que necesito para salvarme.
(San Alfonso Mª de Ligorio)
SANTOS DEL DÍA:
Vicente, Sabina, Cristeta, Florencio, Máximo, Venancio, Luciano, Donato, Capitolina, Eroteida, mártires; Frumencio, Desiderio, Quintiliano, Teodoro II, obispos; Néstor, Odrán, Tekla, Haimanot, confesores; Ciriaco, patriarca; Elesbaán, rey; Abraham, anacoreta.