4 octubre 2014

4 octubre 2014

1ª LECTURA: Job 42, 1-3. 5-6. 12-16
Job respondió al Señor:
«Reconozco que lo puedes todo, y ningún plan es irrealizable para ti, yo, el que te empaño tus designios con palabras sin sentido; hablé de grandezas que no entendía, de maravillas que superan mi comprensión. Te conocía sólo de oídas, ahora te han visto mis ojos; por eso, me retracto y me arrepiento, echándome polvo y ceniza.»
El Señor bendijo a Job al final de su vida más aún que al principio; sus posesiones fueron catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil borricas. Tuvo siete hijos y tres hijas: la primera se llamaba Paloma, la segunda Acacia, la tercera Azabache. No había en todo el país mujeres más bellas que las hijas de Job. Su padre les repartió heredades como a sus hermanos. Después Job vivió cuarenta años, y conoció a sus hijos y a sus nietos y a sus biznietos. Y Job murió anciano y satisfecho.
Palabra de Dios.
 
SALMO: Sal 118, 66. 71. 75. 91. 125. 130
ANTÍFONA: Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo.

Enséñame a gustar y a comprender,
porque me fío de tus mandatos.
Me estuvo bien el sufrir,
así aprendí tus mandamientos.
Reconozco, Señor, que tus mandamientos son justos,
que con razón me hiciste sufrir.
Por tu mandamiento subsisten hasta hoy,
porque todo está a tu servicio.
Yo soy tu siervo: dame inteligencia,
y conoceré tus preceptos.
La explicación de tus palabras ilumina,
da inteligencia a los ignorantes
ANTÍFONA: Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo.
 
EVANGELIO: Lucas 10, 17-24
En aquel tiempo, los setenta y dos volvieron muy contentos y dijeron a Jesús:
-«Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.»
Él les contestó:
-«Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.»
En aquel momento, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó:
-« Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar.»
Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
-«¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que veis vosotros, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron. »
Palabra del Señor.
 
ORAR CON LOS SANTOS: 
Toda la santidad consiste en amar a Dios, y todo el amor a Dios consiste en hacer su divina voluntad. Por lo cual es necesario conformarse sin reservas con todo lo que Dios dispone de nosotros, y por eso abrazar con paz los acontecimientos prósperos o adversos que Dios quiere, el estado que Dios quiere, la salud que Dios quiere. A eso hay que dirigir nuestras plegarias, a fin de que Dios nos conceda cumplir su santa voluntad (San Alfonso Mª de Ligorio)
 
SANTOS DEL DÍA:
Francisco de Asís, fundador; patrono del gremio textil y veterinarios; Pedro, obispo y mártir; Marco, Marciano, Acepsimas, León, Isidoro, Quintín, Tirso, Bonifacio, Adaucto, mártires; Joaquín, Petronio, obispos; Crispo, Cayo, Hieroteo, Francisco Titelman, confesores; Paulo el monje; beato Diego Luis de Sanvitores, mártir.

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