La convivencia

La convivencia

En la historia de la humanidad, la capacidad de convivir con otras personas no ha sido importante, ahora se considera necesario. El ser humano es un ser gregario pro naturaleza, no le es fácil vivir en soledad, pero el saber convivir es un arte, puesto que la familia es el pilar básico en la vida humana.

La convivencia, según explica la terapeuta de familia Ana Rodríguez en nuestro último número de la revista Icono, se inicia en los primeros años de vida y se va ampliando a medida que nos incorporamos a la sociedad. Somos seres sociales, pero la vida en convivencia necesita estar enmarcada en unos soportes legales y unos valores sociales que nos educarán en tolerancia y respeto hacia los demás.

La institución familiar ha perdido fuerza en la transmisión de valores como el respeto, diálogo, fraternidad o solidaridad, provocando malestar y mal clima que solo el diálogo y el consenso podrán arreglarlo. La convivencia es bonita, pero requiere madurez.

Formar una familia no es fácil, pues además del amor, que es fundamental, habría que añadir una buena dosis de inteligencia, cierto pasotismo, mano izquierda, estar un poco sordo (no oír lo desagradable) y mucho sentido del humor.

Convivir es compartir constantemente casi todo con las personas que nos rodean bajo el mismo techo y durante bastantes horas al día.

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