La concha peregrina

La concha peregrina

La concha peregrina representa un itinerario vital basado en 5 pasos hacia una vida plena y feliz, destaca César García-Rincón, laico redentorista en nuestra última revista Icono de septiembre. “Esta dinámica se me ocurrió con motivo del encuentro de Semana Santa de laicos redentoristas en la casa-comunidad redentorista de Astorga, donde existe un servicio de acogida cristiana a los peregrinos del Camino de Santiago que pasan por allí”, asegura el laico redentorista. “Uno de los días hicimos un tramo de una etapa de dicho camino, entre Astorga y Murias de Rechivaldo, y allí facilité esta dinámica que gustó y ayudó a todos, y por eso la comparto ahora en Icono”.

Los 5 pasos hacia una vida plena y feliz son los siguientes:

    1. Conecta. Conectar con cada realidad y cada situación es salir a la vida “enchufados”, como salen los buenos deportistas al terreno de juego, con buena energía, atentos a los detalles con todos los sentidos, sintonizando con los movimientos, los sonidos, los lenguajes compartidos con otros, vivir conectados. Pero conectar con lo que nos parece importante, implica también saber desconectarse de otras cosas que distraen nuestra atención o nuestros objetivos.
    2. Descubre. Descubrir las novedades que nos aporta cada día y descubrirnos cada día, descubrirte a ti y descubrirme en ti. La vida está hecha de descubrimientos, de lo contrario se torna monótona y aburrida. No se descubre nada en nuestra zona de confort.
    3. Saborea. Saborear la vida es tomarse el tiempo necesario para degustar todos sus matices y aromas, aquellos que se desprenden de una buena conversación, la contemplación de una obra pictórica, el paseo matinal por la ciudad o por el campo, o el desarrollo de una tarea compartida con otros.
    4. Imagina. Imaginar es visualizar el reino de las posibilidades, hacerse preguntas diferentes, desafiar a la lógica. Es atreverse a soñar despiertos en un mundo de “soluciones empaquetadas” que adormece y anestesia nuestra capacidad de crear y recrear la vida en todas sus dimensiones.
    5. Acepta. Aceptar en el doble sentido de abrazar la vida y cada día como viene, así como la decisión proactiva de comprometerse con los retos que hemos imaginado y proyectado, tras descubrir y saborear las experiencias. También aceptarnos con nuestras debilidades y nuestras fortalezas. Aceptar la vida y los retos es estar dispuestos a arriesgar por ella.

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