Acompañar el duelo en esperanza

Acompañar el duelo en esperanza

“Te acompaño en el sentimiento es una frase hecha a la que solemos recurrir a la hora de comunicar nuestra condolencia a un familiar de un fallecido. Sin embargo, descubro que acompañar a un doliente, desde una perspectiva humanista y cristiana, es compartir la esperanza. Sin esta niña esperanza, pequeña, frágil y vulnerable, ¿qué sentido tendría hacer camino juntos en el duelo?”.

En la sección ‘Cambiaste mi luto en danza’ escribe sobre el duelo P. Víctor M. Ballesteros, CSsR, en nuestro último número de la revista Icono. El autor insiste en la necesidad de superar el tabú social en torno a la muerte. Hay que tomarse en serio la existencia para dar sentido a las muertes que nos visitan por el camino. Y la muerte de una persona querida y amada no deja de ser un muro que se pone delante, difícil de atravesar.

Al acompañar a personas y familias es sus duelos por muerte, en situaciones muy dolorosas, tienes el regalo de compartir esta vivencia de la esperanza. Este testimonio de una madre es una muestra de ello: “Ahora estoy segura, sé que existe la vida eterna. Siento que mi hijo sigue vivo en mi corazón y que a través del amor me acompaña. Hasta que llegue mi hora seguiremos juntos y entonces nos reencontraremos y esta vez sí será para siempre” (citado por J.C. Bermejo en ‘Duelo y Espiritualidad’, SJ, 2012).

La esperanza de la resurrección, según P. Ballesteros, debe encarnarse en el duelo, en un contexto de vivencia de amor. El dolor más grande es ese vacío de cariño y afecto que deja la muerte. El acompañamiento en el duelo, como gesto de ayuda incondicional, hace posible la experiencia de apertura de la Resurrección. Es la esperanza de que el amor permanezca siempre (1 Cor 13, 13) lo que convierte el duelo en posibilidad de salud.

Si te interesa leer el artículo de P. Víctor M. Ballesteros, CSsR, completo, entra en el siguiente enlace.