18 Oct Celebración de San Gerardo
La fiesta de San Gerardo Maiella, que tuvo lugar este sábado, reunió en Madrid dos comunidades redentoristas: la del Santísimo Redentor y la comunidad formativa, recientemente creada y formada por un grupo de jóvenes llenos de ilusión y fascinados por el carisma de San Alfonso María de Liguori. Durante la oración Javier, José Antonio, Jesús, Pablo, José Daniel contaron cómo habían descubierto su vocación, cuáles son sus sueños y proyectos. La comunidad vino acompañada por el formador Raúl Valencia, CSsR.
Gerardo sigue atrayendo e inspirando a nuevas generaciones porque “San Gerardo Maiella – como escribió Juan Pablo II (elegido precisamente el 16 de octubre) – es uno de los pequeños, en los que Dios ha hecho brillar la fuerza de su misericordia. Entró muy joven en el instituto misionero redentorista. Había penetrado en el misterio del reino de los cielos y lo irradiaba con sencillez a los que se acercaban a él. Sabía sostener y animar a los llamados a la vida religiosa”.
El encuentro transcurrió en un clima de fraternidad, alegría y esperanza. A la oración le siguió una comida fraterna, en la que destacó la comunicación entre las generaciones. En nombre de la comunidad el P. Miguel Rubio CSsR, con unas palabras alentadoras, regaló para la Comunidad Formativa su último libro, publicado hace unos días por la editorial PPC: ‘Del eclipse de Dios al resplandor de su misterio’ (El Dios de siempre y los hombres de hoy). Al terminar, José Miguel de Haro, CSsR, dijo a los jóvenes: “Os deseamos que la gente con la que os encontráis os vea como “hombres de Dios”, que experimenten el amor misericordioso del Padre en contacto con vosotros, que tengáis la actitud de Jesús que siempre va en busca del hombre necesitado y dispuesto a festejar cuando lo encuentra. Sed creativos, capaces de mostrar una imagen nueva de la Iglesia como lo hizo San Gerardo”. El encuentro terminó con algunas fotos. Una ante el mural obra del redentorista Carlos Pereira, CSsR, y otra, ante el cartel anunciador del itinerario de la sinodalidad, en las cristaleras de la parroquia.