Crónica Ordenación Sacerdotal Antonio Puerto

Crónica Ordenación Sacerdotal Antonio Puerto

Ordenación Sacerdotal de Antonio Puerto

Durante el fin de semana del 9 al 11 de diciembre, en nuestra comunidad cristiana de Jerez de la Frontera, hemos vivido la inmensa alegría de celebrar la ordenación sacerdotal de nuestro cohermano Antonio Puerto Diosdado.

Tras días de intensos preparativos en los que toda la parroquia se ha involucrado, el viernes 9 de diciembre recibíamos a los primeros invitados. Esa misma noche vivimos una vigilia de oración por Antonio que nos ayudó a comprender mejor la profunda importancia de lo que íbamos a celebrar al día siguiente.

El sábado amaneció un día espléndido y ya desde las 9 de la mañana la parroquia era un hervidero de personas empeñadas en los últimos preparativos: los cantos, la celebración, el ágape.

A medida que se acercaba la hora iban llegando cohermanos de muchas de nuestras comunidades: Sevilla, Granada, Madrid, Valencia, Zaragoza, Mérida…y poco a poco nos íbamos organizando en una sala dispuesta a modo de sacristía, porque la propia de la iglesia se nos quedaba pequeña.

Pocos minutos antes de la hora prevista para la celebración llegó D. José Mazuelos Pérez, Obispo de Asidonia-Jerez, bastante tocado, por cierto, de una fuerte fiebre que acarreaba de días anteriores; aun así no quiso delegar en ningún otro, prefiriendo actuar él mismo como obispo celebrante de la ordenación.

A las 12:00 de la mañana, una procesión de más de 35 sacerdotes redentoristas, con el P. Provincial a la cabeza, sacerdotes jerezanos, religiosos de otras congregaciones, compañeros de estudios de Antonio… y un buen grupo de acólitos, salíamos de las dependencias de la parroquia hacia una iglesia repleta de familiares y amigos de Antonio, que unidos a toda la comunidad parroquial, iba a vivir una experiencia eucarística y religiosa siempre impactante y emotiva.

A pesar de la fiebre, D. José pudo mantenerse firme y toda la celebración se desarrolló en un ambiente muy familiar y festivo, en el que destacaron los cantos de un coro formado por personas jóvenes y no tan jóvenes llegados de muchas comunidades: Jerez, Sevilla, Granada, Madrid, Mérida… que quisieron unirse y colaborar así con esta gran fiesta.

Otros jóvenes y personas, muy queridas de Antonio, participaron como lectores y monitores en una celebración de la que todos destacan, como especialmente bonitos, los momentos del canto de las letanías y la imposición de manos del obispo con todos los sacerdotes concelebrantes.

En su homilía D. José animó a Antonio a vivir su vocación redentorista con fidelidad al carisma de San Alfonso, entregándose a la misión entre los más abandonados y fortaleciendo cada día su unión con Dios. Destacó la importancia de la vida comunitaria en la vida sacerdotal de un religioso, invitándole a vivir la misión dentro de la comunidad. Se ha de resaltar, también, que D, José, antiguo alumno de nuestra Academia Alfonsiana de Roma, dejó bien patente su cercanía a la Congregación y su devoción al Perpetuo Socorro, a la que conoce bien, entre otras cosas, como médico que es.

Terminada la celebración, que al decir de muchos se hizo “muy corta”, pudimos disfrutar en el patio de la parroquia de un ágape fraterno que había preparado con gran ilusión la Hermandad del Santísimo Cristo de la Salvación y María Santísima de las Bienaventuranzas, perteneciente a la parroquia y de la cual Antonio es hermano.

Sobre las 6 de la tarde la fiesta continuó con una “Zambomba Jerezana”, que ayudó a descubrir a propios y extraños una de las tradiciones prenavideñas más arraigadas en Jerez y que nos hizo disfrutar hasta bien entrada la noche del cante y del baile alrededor de una candela, animados por el buen vino de Jerez y el “picoteo” de exquisiteces variadas.

Al día siguiente, también a las 12:00, volvíamos a la iglesia para acompañar a Antonio en su primera misa. Niños, jóvenes, adultos y mayores llenaron de nuevo el templo; hubo incluso que poner sillas suplementarias para que la gente pudiera participar más cómodamente de la celebración. Nadie quería perderse la primera misa del primer sacerdote que se ordena en la parroquia. Todo un acontecimiento para el barrio de las Torres. La tradicional bandera blanca ondeando a la puerta del templo simbolizaba la alegría de todos.

Acompañado por un gran número de cohermanos, Antonio presidió su primera eucaristía. El P. Damián M.ª Montes tuvo la homilía en la que, evocando las dotes artísticas de Antonio, le invitó a dejarse “diseñar” por Dios y a dibujar en su vida una palabra de misericordia para todos. Mientras tanto los niños, sentados en el suelo delante del presbiterio, escuchaban a Damián y miraban a Antonio con una mezcla de curiosidad e ilusión.

Especialmente emotivo fue el momento de los agradecimientos. El padre y la hermana de Antonio, con emotivas palabras, le agradecieron el don de su alegría y le mostraron todo el cariño y apoyo familiar.

Terminada la eucaristía de nuevo los Hermanos de la Salvación habían dispuesto en el patio de la parroquia unos aperitivos que fueron coronados con una rica caldereta de cordero preparada por los tíos de Antonio.

Eran las 6 de la tarde cuando la parroquia se iba vaciando; tocaba recoger, pero con la satisfacción de haber podido celebrar con alegría y sin sobresaltos algo tan bonito.

Ya han pasado algunas semanas desde la ordenación de Antonio, pero en la parroquia de Jerez el comentario general es de agradecimiento y de sorpresa. Nadie esperaba un fin de semana tan intenso, alegre y emocionante. El agradecimiento es general; a Dios, por la vocación redentorista, en particular por la de Antonio, al propio Antonio por haber querido celebrar entre su gente, la gente de “Las Torres”, este día tan importante y significativo para él, y a la Congregación por haber ofrecido a esta gente sencilla la oportunidad de celebrar como familia redentorista algo tan importante y, a la vez, tan impactante.

Será difícil olvidar estos días en los que hemos vivido la gran alegría de recibir un nuevo sacerdote para la Iglesia y que, ciertamente, han marcado la historia de nuestra parroquia.

Seguiremos rezando por Antonio para que persevere fiel al don recibido, y para que el Señor siga tocando el corazón de muchos jóvenes que quieran, como Antonio, responder a su llamada.

Jorge Ambel Galán C.Ss.R