De muertos a resucitados

De muertos a resucitados

Este año celebramos el Domingo de Resurrección el próximo 4 de abril. El Domingo de Ramos es el día en que los cristianos conmemoran la entrada de Jesús en Jerusalén y su aclamación como Hijo de Dios. La Semana Santa es el tiempo en que se celebra la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

Os recomendamos para estos días el libro ‘De muertos a resucitados. La Resurrección para grupos’, de Pedro Guembe, que podéis encontrar en nuestra editorial Perpetuo Socorro (https://pseditorial.com/inicio/28-de-muertos-a-resucitados.html). En él, Guembe recoge los encuentros personales con Jesús y asegura que son “pasajes sugerentes del Evangelio”. Quienes se acercan o se dejan encontrar por Él en un marco de naturalidad y conversión experimentan que la relación con Jesús es muy positiva y potenciadora. Pedro Guembe destaca que “la fe de los grandes creyentes cristianos está directamente ligada a la experiencia de encuentro personal con Jesús” y añade que “se trata de una experiencia pascual que cambia la vida por completo y dinamiza insospechadamente”.

El autor de ‘De muertos a resucitados’, a lo largo de seis capítulos, desea cooperar para que se produzca o se refuerce en el lector el encuentro con Jesús vivo y resucitado. Un cristiano misionero, según Pedro Guembe, es aquel que cuenta a otros, con convicción y entusiasmo, el encuentro personal que vive con Dios Padre, con Jesús y el Espíritu.

En el capítulo I ‘¿Qué significa “lo resucitaré en el último día”?’, Guembe pone el ejemplo de qué habla Jesús en Jn 14, 1-7: Las moradas del Padre. Y asegura: “Con mucha frecuencia se escucha este texto en los funerales. Pero Jesús no habla de las moradas del cielo. Juan no relata la institución de la Eucaristía, pero sí el lavatorio de pies y la imagen de las moradas”. Y explica que “el lavatorio para Juan es el amor delicado de Jesús con sus discípulos, llevado hasta el extremo”. Por último, añade que “la Eucaristía es la entrega hasta el fin, la presencia de Jesús hasta el fin y la participación de los discípulos en su tarea, la Alianza nueva del Padre con el mundo”.