Dios es Amor

Dios es Amor

 

 

 

 

 

 

 

Él no hacía la guerra dialéctica imponiendo doctrinas, sino que comunicaba el amor de Dios. Había entendido que “Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios” (1Jn 4, 16). De ese modo fue un padre fecundo que despertó el sueño de una sociedad fraterna, porque “solo el hombre que acepta acercarse a otros seres en su movimiento propio, no para retenerlos en el suyo, sino para ayudarles a ser más ellos mismos, se hace realmente padre”.

En aquel mundo plagado de torreones de vigilancia y de murallas protectoras, las ciudades vivían guerras sangrientas entre familias poderosas, al mismo tiempo que crecían las zonas miserables de las periferias excluidas. Allí S. Francisco de Asís acogió la verdadera paz en su interior, se liberó de todo deseo de dominio sobre los demás, se hizo uno de los últimos y buscó vivir en armonía con todos.

 

(Fratelli Tutti)