Domingo V Cuaresma

Domingo V Cuaresma

Domingo 17 de Marzo del 2013

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (43,16-21):

Así dice el Señor, que abrió camino en el mar y senda en las aguas impetuosas; que sacó a batalla carros y caballos, tropa con sus valientes; caían para no levantarse, se apagaron como mecha que se extingue. No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis? Abriré un camino por el desierto, ríos en el yermo. Me glorificarán las bestias del campo, chacales y avestruces, porque ofreceré agua en el desierto, ríos en el yermo, para apagar la sed de mi pueblo, de mi escogido, el pueblo que yo formé, para que proclamara mi alabanza.

Palabra de Dios

Salmo
Sal 125,1-2ab.2cd-3.4-5.6

R/. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R/.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres. R/.

Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R/..

Al ir, iba llorando, llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (3,8-14):

Todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en él, no con una justicia mía, la de la Ley, sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe. Para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, para llegar un día a la resurrección de entre los muertos. No es que ya haya conseguido el premio, o que ya esté en la meta: yo sigo corriendo a ver si lo obtengo, pues Cristo Jesús lo obtuvo para mí. Hermanos, yo no pienso haber conseguido el premio. Sólo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, para ganar el premio, al que Dios desde arriba llama en Cristo Jesús.

Palabra de Dios

Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (8,1-11):

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.
Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?»
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.
Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.»
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer, en medio, que seguía allí delante.
Jesús se incorporó y le preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?, ¿ninguno te ha condenado?» Ella contestó: «Ninguno, Señor.»
Jesús dijo: «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.»

Palabra del Señor

 

Mirad que realizo algo nuevo, ya está brotando
¿no lo notáis?

Mirad que realizo algo nuevo, ya está brotando ¿no lo notáis?

[box]

Ciertamente la vida nos da sorpresas y nos hace regalos. El nuevo pontífice, Francisco, bien puede ser recibido así en la Iglesia. Como un don de Dios, un nuevo pastor que nos guiará en un tiempo nuevo. Se rompieron todas las quinielas, y todos los sabiondos se quedaron boquiabiertos. El Espíritu actúa y está realmente presente en su Iglesia, y ahora ha querido que el Papa venga casi “del fin del mundo” y sea un religioso que ha dedicado su vida a luchar con fuerza del lado de los pobres y los que más sufren. Este V domingo de Cuaresma está marcado por este hecho sorprendente y gozoso. Y la Palabra de Dios nos ayudará a profundizar en ello aún más.

1. No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?
Es la profecía de Isaías la que nos advierte de la necesidad de desconectar, de soltar lastre para despegar del suelo con fuerza. Dice otra frase evangélica: “nadie que mete la mano al arado y vuelve la vista atrás puede seguirme”. Y lleva toda la razón. ¿Sabéis por qué? Porque es fácil que al tener en la mano el arado y torcer la cabeza al mirar atrás ¡torzamos también el surco! No se puede avanzar mirando hacia atrás. No podemos decir “te seguiré, Señor” y continuar con la misma vida de antes. El pasado de nuestra vida tiene un peso ineludible, no lo podemos cambiar, pero Dios lo puede todo. Él desea hacer algo nuevo con “todo lo viejo” de nuestra vida, sólo déjale: “mirad que realizo algo nuevo y ya está brotando, ¿no lo notáis?”.

2. Sólo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, para ganar el premio
San Pablo a los Filipenses lo dejará aún más claro: “Todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor”. Todo me da igual, sólo una cosa cuenta en mi vida, nos dice un Pablo apasionado. Y de nuevo aparece la idea de dejar atrás lo pasado, no remover, no anclarse ni aferrarse a nada, abrirse a los tiempos nuevos que Dios nos da. “Lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, para ganar el premio”. Y no, ya lo sospecháis, no se trata de competitividad; sino de estimular la propia vida, tener clara la meta: Cristo. Y caminar decididamente, sin rodeos ni entretenimientos hacia ella. El propio Pablo se siente aún corredor principiante, no posee nada, pero corre entusiasmado: ¡le aguarda al final Cristo! Y ¡le acompaña ya en la carrera! Es su Señor.

3. La primera piedra.
En todo camino hay piedras de tropiezo. Lo hubo hasta en el de Jesús (tentaciones). ¿No lo va a haber en el nuestro? Lo malo es cuando esas piedras no están hay simplemente, sino que son arrojadas o puestas por otros. Jesús no lo duda y así lo espeta a aquellos que le piden un juicio de aquella mujer que debía ser castigada: “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Eso equivale a haberles dicho: ¿quién eres tú para juzgarla? ¿Acaso eres tú más santo que ella? ¿Acaso tú no caes? ¿Tan justo y santo te tienes que ocupas el lugar de Dios que es dueño y Señor la vida? Pues no Señor. Nosotros creemos en la fuerza regeneradora del perdón. Porque el odio y el rencor son un cáncer voraz que consume nuestra vida y nuestra alegría. Nada ganamos con ellos. Como los discípulos te decimos: “¿dónde vamos a ir, Señor? Sólo tú tienes palabras de vida eterna”. Necesitamos vivir tu perdón, regenerar allí nuestra historia. Caminar decididamente mirando al futuro. Como aquella mujer.

[/box]

Víctor Chacón Huertas, CSsR

 

 

Tags: