La parroquia de San Gerardo de Madrid celebra su 50º Aniversario

La parroquia de San Gerardo de Madrid celebra su 50º Aniversario

La parroquia de San Gerardo de  Madrid, sita en la calle Maqueda, 45, celebra su 50º Aniversario bajo el lema ‘Somos misión desde 1972’. En la celebración de inauguración del aniversario participaron Francisco J. Caballero, Superior Provincial de los Misioneros Redentoristas; Damián Mª Montes, párroco de San Gerardo; David López, arcipreste de Nuestra Señora del Pilar de Aluche-Campamento; Álvaro Maldonado, párroco de San Alfonso María de Ligorio, además de la comunidad redentorista y otros cohermanos venidos de otras comunidades de Madrid.

También asistieron todos los grupos parroquiales, más de treinta, a la celebración que dio inicio al Año Jubilar, que culminará el próximo mes de octubre cuando se cumplen 50 años desde que fue erigida canónicamente la parroquia de San Gerardo: el 15 de octubre de 1972.

En su homilía, el P. Francisco J. Caballero aseguró que “A San Gerardo le caracterizó toda su vida la búsqueda  de la voluntad de Dios”. Y añadió: “No os olvidéis que vuestra comunidad parroquial es como un edificio, cuyo fundamento y piedra angular es Jesucristo y vosotros sois como las piedras vivas que construís el edificio. Así es como podréis ser en Aluche signo de la presencia amorosa de Dios”.

Además, el Superior Provincial de los Misioneros Redentoristas recordó que “alentada por la fuerza del Espíritu Santo, en estos años ha ido creciendo y madurando como comunidad de fe, esperanza y de caridad, en especial hacia los más necesitados, sobre todo, a través de la labor de Cáritas parroquial”. También subrayó que “la comunidad de San Gerardo está de enhorabuena y nos alegramos con vosotros al celebrar estos 50 años de rica existencia”.

“Sois muchos los que habéis recibido la fe cristiana (Bautismo), muchos los que habéis conocido a Jesús y su Evangelio, os habéis encontrado con Él y habéis madurado en la fe mediante la escucha y la acogida de la Palabra de Dios y habéis alimentado vuestra vida cristiana en la oración y en los sacramentos; y otros muchos, los que habéis descubierto y seguido aquí el camino de su vocación cristiana, habéis encontrado en ella fuerza para la misión y el testimonio de fe, motivos para la esperanza, consuelo en la aflicción y ayuda en la necesidad”. Francisco J. Caballero insistió en que “es una alegría comprobar cómo generaciones de abuelos, padres y nietos continúan”.

Por último, Francisco J. Caballero dijo: “Al celebrar el 50º Aniversario de la parroquia miramos, rezamos y contemplamos a la Virgen, Madre del Perpetuo Socorro. Jesús nos invita a acogerla ‘en nuestra casa’, es decir, en nosotros mismos, en nuestras familias, en nuestra sociedad. María es nuestra Madre y no deja de decirnos: ‘Haced lo que Él os diga’ (Jn 2,5).

 

AMOR MISERICORDIOSO DE DIOS

Por su parte, Damián Mª Montes aseguró al Centro de Comunicación Redentorista que “Es una verdadera alegría servir en la comunidad de San Gerardo y aportar nuestra vocación misionera para que el amor misericordioso de Dios llegue a todos los vecinos de este barrio”.

Además, explicó, se prevén dos modos de participación en la dinámica sinodal: el primero, sumándose a cualquiera de los treinta y dos grupos de la parroquia según edad e interés común que inician esta semana su reflexión sinodal; el segundo, participando en los ámbitos no grupales que también se abrirán a la reflexión sinodal durante las próximas semanas. Insistió en el interés de que todos se impliquen en abrir sus grupos y espacios a las personas que no participan de la vida de la comunidad habitualmente y a los pobres.

Tras la celebración, se plantó un árbol en los jardines de la parroquia y se inauguraron los nuevos salones parroquiales. Toda la comunidad pudo visitar estos espacios que se distinguen por su claridad y los cuidados detalles de los paneles transparentes inspirados en los colores de la cruz que preside el templo parroquial.

En el acto, también se descubrió una placa en homenaje a las personas que han dado vida a la comunidad durante 50 años que permanecerá, como recuerdo a todos aquellos que contribuyeron a la historia misionera de la parroquia.