La paz es un don

La paz es un don

 

La Natividad de la Virgen María, que se celebró el pasado el 8 de septiembre, recoge la palabra “paz” desde la primera oración. “Me llama la atención el verbo que resalta en la oración colecta, para que, cuantos hemos recibido las primicias de la salvación por la maternidad de la Virgen María, consigamos aumento de paz en la fiesta de su Nacimiento”. Así lo asegura el Papa Francisco en la sección ‘María del Perpetuo Socorro’ de nuestro último número de la revista Icono de septiembre. “Aumentar” porque la paz es un don que tiene su camino vital y, por tanto, cada uno debe “trabajar” para hacerlo crecer.

“La paz -en palabras del Papa Francisco- no se hace de un día para otro; la paz es un don, pero un don que hay que tomar y trabajar cada día”. Y añade: “Somos nosotros los hombres, cada día, los que damos un paso por la paz: es nuestro trabajo. Es nuestra labor con el don recibido: hacer la paz”.

La paz, según el Papa Francisco, es un don de Dios que nace en sitios pequeños. En un corazón, por ejemplo, o en un sueño, como le pasó a José cuando un ángel le dijo que no temiera tomar a María como esposa, porque ella traería al mundo al Emmanuel, el “Dios con nosotros”. Y el Dios con nosotros es la paz.

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