Miércoles de Ceniza

Miércoles de Ceniza

Hoy, 2 de marzo, comienza la Cuaresma, tiempo que precede y dispone a la celebración de la Semana Santa. Es un periodo de escucha de la Palabra de Dios y de conversión, de preparación y de hacer memoria de nuestro Bautismo, de reconciliación con Dios y con los hermanos. En él afianzamos nuestra fe, solidaridad, y experiencia de misericordia.

El comienzo de los cuarenta días de penitencia se caracteriza por el austero símbolo de las Cenizas, que distingue la Liturgia de este miércoles. Su origen viene de los ritos penitenciales antiguos en los que el gesto de cubrirse con ceniza tenía el sentido de reconocer la propia fragilidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios.

Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón y cada persona que ha recibido el sacramento del Bautismo puede estar dispuesto a explicitar este símbolo.

Con la celebración de Miércoles de Ceniza, los cristianos se abren a la conversión y a la misericordia de Dios.

ORAR CON EL EVANGELIO DE CADA DÍA

Para estos próximos días te recomendamos el libro de Octavio Hidalgo ‘Orar con el Evangelio de cada día: Cuaresma’, publicado en nuestra editorial Perpetuo Socorro. En palabras del autor, “consideramos en Cuaresma al Jesús adulto, uno más entre la gente, pero invirtiendo tiempo y ganas en hacer las cosas bien; despojado de su condición divina, cumplidor de los planes de Dios, humilde, servidor…”.

“Contemplamos a Jesús en marcha a Jerusalén, el destino trágico de la persona libre, solidaria, obediente a Dios. Camina hacia el martirio, pero repleto de convicción: ‘La vida no me la quita nadie, la doy yo voluntariamente’ (Jn 10, 18); es el precio que paga por vivir apasionadamente el Reino de Dios. Camina esperanzado, como hombre de la base, brindando “sabiduría” que no es solo doctrina, sino también testimonio y acción para mejorar la vida”.

CUARESMA ES MÁS

Según Hidalgo, la Cuaresma nos estrena en el “paso” de lo que nos desvirtúa a lo que vigoriza; Cuaresma es mirarse sin miedo en el espejo de Jesús y comparar su programa con el propio y preguntarse: ¿Qué me falta? ¿Qué me sobra? Cuaresma es experiencia en el “desierto”, de meditación, revisión, austeridad, planteamientos radicales…

Cuaresma es tiempo de penitencia como expresión de arrepentimiento y de cambio. Cuaresma es una buena ocasión para experimentar y practicar la misericordia. Sentir la misericordia de Dios mueve las entrañas de la sensibilidad.

Cuaresma siempre es más: podemos convertirnos más, ayudar más, desprendernos más, comprometernos más, orar más, evangelizarnos más… Cultivar más la espiritualidad de la vida.

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