Orar con el Evangelio de cada día en Adviento-Navidad

Orar con el Evangelio de cada día en Adviento-Navidad

El Adviento comenzó este domingo, 28 de noviembre, y termina en Navidad. Por esta razón, desde el Centro de Comunicación Redentorista os recomendamos el libro ‘Orar con el Evangelio de cada día. Adviento-Navidad’, de Antonio Danoz, que puedes encontrar en nuestra Editorial Perpetuo Socorro, en Madrid.

Este libro nos ofrece unos recursos para la lectura orante del Evangelio de cada día, con un método muy simple, siguiendo cuatro pasos:

1) Lectura pausada del texto evangélico.

2) Meditación- contemplación, dedicando un tiempo a profundizar en el contenido.

3) Asimilación de lo meditado y contemplado.

4) Acción, formulando un compromiso práctico para la vida.

LECTURA (1ª semana de Adviento):

Mt 8, 5-11

“…’Señor, ¿quién soy yo para que entres bajo mi techo? Basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano’… Jesús quedó admirado y dijo a los que seguían: ‘Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe’”.

MEDITACIÓN-CONTEMPLACIÓN

Según Antonio Danoz, “Mateo nos sitúa ante tres personas muy distintas: un enfermo que necesita curación, un jefe del ejército de ocupación que se interesa por la salud de uno de sus criados y Jesús, que valora el gesto de misericordia de aquel oficial pagano.

Jesús no se dejó vencer en generosidad y curó al criado. Ante sus conciudadanos judíos alaba la excelencia de la fe de aquel militar extranjero. Y su confesión creyente se convierte en una denuncia: “Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe”.

Con este signo: la curación del criado del centurión, Jesús manifiesta ante la gente que el reino de Dios está ya presente. Está abierto a todos, también a quienes no pertenecen al pueblo de Israel, y además es liberador.

ASIMILACIÓN

Según asegura Danoz en ‘Orar con el Evangelio de cada día’, en el primer plano de toda curación aparece la necesidad de creer. La fe se manifiesta con palabras y gestos, como el simple hecho de tocar a Jesús. Los relatos de curación que ofrecen los evangelistas proceden de la fe o conducen a la fe en Jesús. En ocasiones, es el mismo Jesús el que dice al enfermo: “Tu fe te ha salvado”.

Con palabras sencillas, el centurión hace confesión de su fe partiendo de su propia experiencia: cuando él ordena, los subordinados obedecen. La seguridad de su convicción dejó sorprendido a Jesús, porque entre los judíos no había descubierto una fe tan sincera y profunda.

ACCIÓN

Por último, según Danoz, este relato evangélico nos inspira un buen ejercicio: ante el enfermo que sufre respondamos con la misericordia del centurión y con la prontitud de Jesús para poner solución.

La baja calidad de la fe del pueblo de Israel, que Jesús denuncia, es una llamada de alerta. Por tanto, consolidemos nuestros compromisos derivados de la vivencia del Evangelio.

¡No te lo pierdas!