CopiosaApudEum VITA!

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Queridos Cohermanos, Hermanas y Laicos Asociados:

En esta Pascua 2013, les saludo con las palabras de Jesús resucitado a sus discípulos: “¡La paz
esté con ustedes!”
Al celebrar el poder de la resurrección en esta Pascua, escuchamos, de nuevo, las palabras de los
ángeles a María Magdalena y a las otras mujeres ante el sepulcro vacío: “¿Por qué buscan entre
los muertos al que vive? No está aquí. Resucitó” (Lucas 24, 5b-6a).

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Carta de Michael Brehl CSsR

 

CONGREGATIO SS. REDEMPTORIS

Superioris Generalis

Roma, 31 de Marzo 2013

Queridos Cohermanos, Hermanas y Laicos Asociados:

En esta Pascua 2013, les saludo con las palabras de Jesús resucitado a sus discípulos: “¡La paz esté con ustedes!”

Al celebrar el poder de la resurrección en esta Pascua, escuchamos, de nuevo, las palabras de los ángeles a María Magdalena y a las otras mujeres ante el sepulcro vacío: “¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? No está aquí. Resucitó” (Lucas 24, 5b-6a).

Este mensaje de la Vigilia Pascual resuena también en nuestras Constituciones y Estatutos: Los Misioneros Redentoristas “por consiguiente, al anunciar la vida nueva y eterna han de ser ante los hombres signos y testigos de la fuerza de la resurrección” (Const. 51). Como S. Pablo deja claro, el poder de la resurrección es experimentado y testimoniado en la nueva vida que vivimos y proclamamos. Como Jesús mismo proclamó: “Yo he venido para que las ovejas tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10b).

Como seguidores de Jesús, el Redentor, estamos llamados a experimentar, en primer lugar, el poder de su resurrección en nuestras propias vidas. Esta experiencia nos transforma para que también nosotros vivamos más plenamente la fuerza del Espíritu. A medida que experimentamos la fuerza de la resurrección y somos transformados por ella, invitamos a los demás a compartir esta experiencia “con la sencillez evangélica de su vida y de su palabra” (Const. 20).

Creo que ésta es la gran atracción del Papa Francisco I para las gentes de hoy. El misterio de la resurrección es, ante todo, el misterio de la Vida. Durante las primeras semanas de su ministerio petrino, el Papa Francisco ha regresado a este tema más de una vez, afirmando el valor y el significado de la vida diaria con todas las alegrías y sufrimientos, esperanzas y cruces que experimentamos. Habla de una Iglesia de los pobres y para los pobres. Predica acerca de la amistad y la ternura, la esperanza y la misericordia, la sencillez y el cuidado de unos para con los otros. Su forma de ser, los signos que hace, los gestos de humanidad parecen hablar con más fuerza que sus palabras para anunciar el Evangelio, de nuevo, “en sencillez de vida y palabra”.

“¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?” El mensaje de estos dos ángeles parece bastante lógico. Pero, con frecuencia, podemos olvidarnos de su importancia para nosotros hoy. Puede ser demasiado fácil mirar hacia atrás, al pasado y con nostalgia. A menudo, es más cómodo confiar en los métodos que se han usado durante generaciones. Nos resistimos al cambio.

Como Misioneros Redentoristas y quienes comparten este carisma, estamos llamados y enviados a predicar el Evangelio de manera siempre nueva (San Clemente). No es suficiente confiar en los métodos que han tenido éxito en el pasado, por muy venerables que estos fueran, pero con los que, tal vez, no lleguemos a la gente de hoy (Cf. Consts. 14-16). No basta con mantener los edificios y lugares, o “instalarse en situaciones y estructuras en las que su actuación perdería el dinamismo misionero” (Const. 15). La fuerza de la resurrección nos impulsa a leer los signos de los tiempos, a asumir riesgos, y a ser pioneros de iniciativas audaces.

Mis hermanos y hermanas, nuestra celebración anual de la Pascua es un llamado constante a la renovación, un llamado a renovar nuestra esperanza y a renovar nuestros corazones. Jesús nos llama a ir con Él a Galilea, allí donde quiera que “Galilea” se encuentre hoy. El sínodo sobre la Nueva Evangelización sugirió que “Galilea” podría ser un símbolo, como el atrio de los gentiles, para aquellos lugares donde las diferentes culturas y naciones se reúnen y tienen un impacto las unas sobre las otras.

Durante estos cincuenta días de Pascua, guiados por el Espíritu Santo, que el Redentor siga insuflando nueva Vida en nosotros y a nuestra Congregación. Reunidos en oración con María, nuestra Madre del Perpetuo Socorro, que podamos experimentar, más profundamente hoy, la fuerza y el reto de la resurrección. Que con la fuerza de la resurrección, podamos predicar el Evangelio de manera siempre nueva, con valentía y esperanza.

Su hermano en Cristo Redentor,

Michael Brehl, C.Ss.R.

Superior General

PASCUA: CopiosaApudEum VITA!

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