SAN JUAN NEPOMUCENO NEUMANN

SAN JUAN NEPOMUCENO NEUMANN

CANTO: El Señor es mi pastor

Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 9, 16-19. 22-23
Hermanos:
El hecho de predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!
Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso sería mi paga. Pero si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio.
Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación de esta Buena Noticia. Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a todos. Me he hecho débil con los débiles, para ganar a los débiles; me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos.
Y hago todo esto por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial    Salmo 22

  • El Señor nos guía por el camino de la paz.

El Señor es mi pastor,
nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.

  • El Señor nos guía por el camino de la paz.

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.

  • El Señor nos guía por el camino de la paz.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.

  • El Señor nos guía por el camino de la paz.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.

  • El Señor nos guía por el camino de la paz.

­ Lectura del Santo Evangelio según San Juan 10, 11-16
Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.
Yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.
Tengo además otras ovejas que no son de este redil; también a ésas tengo que traer y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño, y un solo pastor.
Palabra del Señor.

Oración después de la comunión
Renovados con el Cuerpo y Sangre de tu amado Hijo,
te pedimos, Señor, que, por los méritos de tu obispo Juan,
después de haber seguido en la tierra al Sumo Pastor, lleguemos al banquete eterno.
Por Jesucristo nuestro Señor.