SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS. DÍA 4

SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS. DÍA 4

DÍA 4: Ahí está el llanto de los oprimidos

CANTO: Felices.
 
Ecl 4, 1-5
Volví a considerar todas las opresiones que se cometen bajo el sol.
Ahí está el llanto de los oprimidos, ¡y no encuentran consuelo!
La fuerza en manos de sus opresores, ¡y no encuentran consuelo!
Y estimé a los que ya habían muerto más afortunados que los que aún
vivían; pero todavía estimé más afortunados a los que aún no existían,
porque no podían contemplar los atropellos que se cometen bajo el sol. Yo
he visto que toda fatiga y éxito en el trabajo provoca la envidia entre
compañeros. También esto es ilusión y vano afán.
El necio se cruza de brazos y se devora a sí mismo.
Palabra de Dios.
 
Mt 5, 1-8
Cuando Jesús vio todo aquel gentío, subió al monte y se sentó. Se le acercaron sus discípulos, y él se puso a enseñarles, diciendo:
Felices los de espíritu sencillo, porque suyo es el reino de los cielos.
Felices los que están tristes, porque Dios mismo los consolará.
Felices los humildes, porque Dios les dará en herencia la tierra.
Felices los que desean de todo corazón que se cumpla la voluntad de Dios, porque Dios atenderá su deseo.
Felices los misericordiosos, porque Dios tendrá misericordia de ellos.
Felices los que tienen limpia la conciencia, porque ellos verán a Dios.
Palabra del Señor.
 
Reflexión
«Ahí está el llanto de los oprimidos». Como se puede suponer, el escritor ha sido ya testigo de atrocidades como esta con anterioridad y con una escalofriante regularidad. Y, sin embargo, tal vez sea esta la primera vez que el escritor se ha fijado en las lágrimas de los oprimidos, se ha implicado plenamente en su dolor y en su humillación. Si bien es cierto que hay mucho que lamentar, una nueva mirada y una nueva visión supone un germen de esperanza: quizá esta vez sea la que conduzca definitivamente al cambio y marque un antes y un después.
Una joven miró y vio las lágrimas de los oprimidos. El video que grabó en su teléfono del asesinato de George Floyd en mayo de 2020 fue visto en todo el mundo y desató una ira sagrada, que llevó a la gente a presenciar y reconocer lo que los afroamericanos han vivido durante siglos: la subyugación indebida por parte de sistemas opresivos mientras tantos viandantes privilegiados en su ceguera pasaban de largo sin querer mirar. Reconocer esta dolorosa realidad ha llevado a una efusión global de compasión tanto en forma de oración como de protesta por la justicia.
La evolución de un simple mirar a un ver y comprender nos alienta a tomar parte activa en esta realidad terrena: Dios puede quitar las escamas de nuestros ojos para presenciar las cosas de maneras nueva y liberadora. A medida que esas escamas caen, el Espíritu Santo ofrece la intuición, y también la convicción para responder de una manera nueva y sin límites. Una de las acciones de las Iglesias y comunidades fue establecer una tienda de oración en la Plaza George Floyd, el lugar de su asesinato. De esta manera, estas Iglesias y comunidades se unieron para ofrecer consuelo a aquellos que lloraban y se sentían oprimidos.
 
Unidad cristiana
El relato de Mateo de las Bienaventuranzas comienza presentando a Jesús que mira a la multitud. En esa multitud ha debido ver a los constructores de la paz, a los pobres de espíritu, a los limpios de corazón, a hombres y mujeres que lloraban, y a los que tenían hambre de justicia. En las bienaventuranzas, Jesús no solo ve el sufrimiento de las personas, sino que también les asigna una dignidad futura: hijos de Dios y herederos del reino de los Cielos. Como cristianos estamos llamados a mirar con atención el sufrimiento sagrado en que se encuentran nuestros hermanos y hermanas en Cristo.
 
Oración de los fieles
Elevemos nuestra oración a Dios, nuestro Padre, fuente de toda gracia.
—         Para que la Iglesia sea siempre y en toda situación instrumento y lugar de reconciliación de todos los hombres en medio de un mundo que experimenta constantemente la división. Roguemos al Señor.
—         Para que los cristianos de todas las confesiones seamos fieles al Evangelio, dando testimonio de nuestra fe ante el mundo, siendo consuelo del que llora. Roguemos al Señor.
—         Para que quienes ostentan los poderes públicos en nuestro país y en el mundo entero sepan ejercerlos como un servicio, cuidando especialmente de los que sufren situaciones injustas que atenta contra la naturaleza humana. Roguemos al Señor.
—         Para que quienes más sufren las consecuencias de la injusticia y des- igualdades sientan cercana la presencia alentadora del Señor y encuentren en los cristianos una mano tendida a su sufrimiento y restablecimiento de su dignidad. Roguemos al Señor.
—         Para que quienes compartimos el pan de la Palabra, un día podamos superar las diferencias que aún nos mantienen distanciados de la misma mesa de la eucaristía. Roguemos al Señor.
Padre bueno, escucha nuestras oraciones y concédenos perseverar unidos en la verdadera fe y en el bien obrar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
Desafío
¿Cómo es tu compromiso con los grupos cristianos que afrontan la opresión en tu vecindario? ¿Cómo pueden las Iglesias de tu localidad unirse para mostrar mayor solidaridad con aquellos que sufren la opresión?
 
Oración
Dios de justicia y bondad, quita las escamas de nuestros ojos para que podamos ver con sinceridad la opresión que nos rodea. Te lo pedimos en el nombre de Jesús que vio a las multitudes y tuvo compasión de ellas. Amén.

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