Trabajo y descanso vivificados por la Palabra de Dios

Trabajo y descanso vivificados por la Palabra de Dios

(Foto: Taizé)

Que en tu jornada, trabajo y descanso estén vivificados por la Palabra de Dios.

Para que tu oración sea verdadera, debes enfrentarte con el trabajo. Si permanecieras en un abandono diletante, serías incapaz de interceder verdaderamente. Tiende a una comunidad de trabajo. Tu oración llega a ser global cuando hace cuerpo con tu trabajo. En su momento oración, trabajo o descanso, pero todo en Dios.

(‘La Regla de Taizé’, editorial Perpetuo Socorro).