Mañana se celebra el Día de la Inmaculada Concepción, patrona de la Congregación del Santísimo Redentor

Mañana se celebra el Día de la Inmaculada Concepción, patrona de la Congregación del Santísimo Redentor

Mañana se celebra el Día de la Inmaculada Concepción, patrona oficial de la Congregación del Santísimo Redentor.

San Alfonso defenderá largamente el privilegio de la Concepción Inmaculada de la Virgen María en su obra ‘Las Glorias de María’, publicada en 1750. Pero, como si tuviera prisa en lanzar al público sus argumentos en favor de este excepcional privilegio mariano, en 1748 adelanta, en sus ‘Adnotationes in Busembaunm’, una disertación, probando que María fue concebida Inmaculada.

El tema mariano, porque era un problema teológico, suponía también una “opción moral” por parte de los fieles y de los especialistas llamados a ocuparse de él. El voto inmaculista, por ejemplo, afectaba también a San Alfonso, como puede verse ampliamente en todas sus biografías.

El 21 de enero 1713 expresaba su fe mariana y la rubricaba con el voto inmaculista. La doctrina que se comprometía a profesar y defender la formuló así:

“Yo, Alfonso María, humildísimo siervo de la siempre Virgen María, Madre de Dios, postrado a los pies de la Majestad Divina y en el acatamiento de la inefable Trinidad de un solo Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, e invocando reiteradamente el testimonio de todos los moradores de la Jerusalén celestial, creo fielmente con la mente, abrazo de verdad con el corazón y proclamo firmemente con los labios que Vos, Madre de Dios, siempre Virgen, por singular privilegio del mismo Dios omnipotente, fuisteis preservada enteramente inmune de toda mancha del pecado original en el primer instante de vuestra Concepción, es decir, de la unión de vuestro cuerpo y alma. Pública y privadamente, hasta el último aliento de mi vida, esto enseñaré y con la ayuda de Dios y en cuanto yo pueda procuraré que los demás enseñen y defiendan. Así lo testifico, así lo prometo, así lo juro; y que así Dios me ayude y estos santos Evangelios”. (‘María, mi esperanza. Antología de textos marianos’, San Alfonso Mª de Liguori, editorial Perpetuo Socorro, 1997).

 

 

 

LAS GLORIAS DE MARÍA

En la segunda parte de ‘Las Glorias de María’ , de San Alfonso, editorial Perpetuo Socorro, 2006,  en que se trata de las “fiestas principales” de María Santísima de sus “dolores en general” y de cada uno en particular, así como de sus “virtudes” y de los “obsequios” que se han de practicar en su honor, San Alfonso incluye ‘Discursos sobre las siete fiestas principales de María Santísima’:

Discurso I. De la Inmaculada Concepción de María. Cuánto convino a las tres divinas Personas a preservar a María de la culpa original.

Discurso II. De la Natividad de María. Que María nació santa y excelsa en santidad, porque fue excelsa la gracia con que Dios la enriqueció desde el principio y grande la fidelidad con que María correspondió desde luego a la gracia de Dios.

Discurso III. De la presentación de María. La ofrenda que María hizo de sí misma a Dios fue pronta y sin tardanza, fue entera y sin reserva.

Discurso IV. De la Anunciación de María. María, en la Encarnación del Verbo, no pudo humillarse más de lo que se humilló, y Dios, por el contrario, no pudo ensalzarla más de lo que la ensalzó.

Discurso V. De la Visitación de María. María es la tesorera de todas las gracias divinas; quien desee gracias, debe recurrir a María, y quien recurre a María esté seguro de que alcanzará las gracias que deseare.

Discurso VI. De la Purificación de María. Del gran sacrificio que María hizo a Dios en este día, ofreciéndole la vida del Hijo.

Discurso VII. De la Asunción de María. Cuán preciosa fue la muerte de María: 1º por las circunstancias que la acompañaron; 2º por la manera en que acaeció

Discurso VIII. Otro discurso sobre la Asunción de María. 1º Cuán glorioso fue el triunfo con que María subió al cielo. 2º Cuán excelso fue el trono al que fue sublimada en el cielo.

Discurso IX. De los dolores de María. María fue la reina de los mártires, porque su martirio fue más cruel y más prolongado que el de todos ellos.

 

DEFENSA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

San Alfonso hizo voto de defender la Concepción Inmaculada de la Virgen por lo menos en tres circunstancias:

1) El 21 de enero de 1713, en examen público en latín, recibe el título de Doctor en Derecho civil y canónico: “Summo cun honore maximisque laudibus et admiratione”.

Tenía 16 años y estuvo dos años de pasante y puso su bufete propio a los 19 años.

2) En 1724, ingresa en las Misiones Apostólicas. Primeras misiones y contacta con el suburbio ‘Capillas del atardecer’.

3) En 25 de febrero de 1749, Benedicto XIV aprueba las Constituciones y Reglas de la Congregación del Santísimo Redentor e ingresa en la congregación Gerardo Maiela.

San Alfonso, desde su juventud, había hecho el voto de dar la vida por defender la verdad de la Inmaculada Concepción. Se entiende entonces por qué en las primeras reglas del Instituto la Virgen María en su inmaculada concepción es no sólo la patrona principal, sin también un voto de fe.

“Si examinamos más profundamente este misterio, descubriremos que se trata de una concretización, una imagen maravillosa, de que en Él hay copiosa redención. María es el testimonio más excelente de la sobreabundante redención, que los redentoristas profesamos para vivirla y para proclamarla al mundo. Creo que esta es la razón principal por la cual san Alfonso escogió la Inmaculada Concepción como patrona del Instituto” (F. X. Durrwell).