Vacunados de espanto
Ante Jesús nadie se queda indiferente. O se le acepta o se le rechaza. Aquella mañana, en Nazaret, los fieles judíos se quedaron entusiasmados con las palabras con las que interpretaba a Isaías. Palabras que -inoculadas- no producían el efecto deseado. Así comienza el artículo de opinión...